Fachada

La fachada orientada hacia el sur está conformada por tres cuerpos, un remate, y dos torres delimitan la portada.

Descripción

Por considerarlo de interés histórico, a continuación, presentamos un extracto sobre el particular: "Frente al lugar donde hoy está la iglesia, existió en 1520 la segunda cortadura o foso con fortificación, que defendía la calzada que comunicaba la ciudad azteca con la tierra firme. En ese punto sufrieron los castellanos, durante la conquista, el mayor desbarato de la infausta jornada apellidada por ellos la Noche triste. Cuantos sobrevivieron conservaron fresca la memoria de la sangrienta derrota, y a fin de perpetuarla levantaron allí una pequeña ermita, conocida por de Juan Garrido, porque este soldado la construyó casi luego que fue reedificada la destruida Tenochtitlan. Poco después la ermita se llamaba de los Mártires, tal vez con la esperanza de hacer aparecer a los aventureros como defensores de la fe; poco después la ermita, en conmemoración del 13 de agosto de 1521 en que fue tomada la ciudad, quedó dedicada a San Hipólito, nombre que todavía conserva.” (Orozco, 1867: 108 - 109). “La antigua ermita de San Hipólito era de adobes, y los hermanos aderezaron una sala que les sirviera de iglesia; la ciudad, de sus fondos ofreció hacer una nueva; pero, aunque cumplió su promesa, lo verificó con tal lentitud, que no vino a concluirse sino hasta 1739. De los mismos fondos se le puso en el estado que hoy se presenta, estrenándose el 20 de enero de 1777. Todos los años, el 13 de agosto, se hacía una solemne función para recordar la toma de la ciudad de México por los castellanos; la función juntamente era religiosa y civil, concurriendo el virrey y la gente noble con gran aparato: se llamaba, como todos saben, el paseo del Pendón.” (Orozco, 1867: 110 - 111). La construcción del edificio actual se inició en 1717 bajo la dirección del arquitecto Nicolás de Messa y quedó concluida en 1740, bajo la supervisión de los arquitectos Manuel Álvarez y Miguel Custodio Durán, año en que se inauguró sin retablos. Su cúpula se terminó hasta 1777. A fines del siglo XIX, el templo fue cedido a los misioneros de Corazón de María, quienes encargaron su restauración al ingeniero y arquitecto Manuel Francisco Álvarez. Durante el siglo XX fue elaborada la torre poniente del conjunto, con la intención de dar mayor equilibrio a la composición. En la esquina de la cerca del atrio se levanta un monumento, obra del arquitecto José Damián de Castro. Fue declarado monumento histórico el 9 de febrero de 1931.

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